jueves, 13 de octubre de 2011

La ciencia empieza a comprender la consciencia.

Entrevista a Jean-Pierre Garnier Malet, padre de la teoría del desdoblamiento del tiempo, publicada en La Vanguardia.

- Tengo 70 años. Vivo en París. Casado, 2 hijos y 3 nietos. Soy doctor en Física, mi especialidad es la mecánica de los fluidos. La política debe sustentarse en la tolerancia. Tengo la certeza de que hay que pensar en los demás como nos gustaría que los demás pensaran en nosotros.

- Su teoría ¿está avalada por la ciencia?
- La respetada revista American Institute of Physics de Nueva York y su comité científico la han validado publicándola en el 2006 porque es una teoría que ha permitido, primero, prever, y luego, explicar la llegada de planetoides al sistema solar. ¿Quiere que le explique para qué sirve la ley del desdoblamiento del tiempo?
- Sí, pero sencillito.
- Tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo: un segundo en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente.
- ¿Y todo eso sin enterarnos?
- Exacto. Tengo una síntesis instantánea de un análisis que he realizado en otro tiempo aunque no tenga la memoria de ello.
- ¿Así funciona el tiempo?
- Sí, en cada instante presente tengo un tiempo imperceptible en el cual fabrico un futuro potencial, lo memorizo y en mi tiempo real lo realizo.
- ¿?
- Tenemos la sensación de percibir un tiempo continuo. Sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes intermitentes. Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante imperceptible.
- ¿Como en el cine, que sólo vemos 24 imágenes por segundo?
- Sí, la número 25 no la vemos, es subliminal. En publicidad se ha utilizado ese tipo de imágenes para influir con éxito en nuestro comportamiento, lo que ha mostrado que lo subliminal es accesible a nuestra memoria. El desdoblamiento del tiempo ha sido probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de partículas y a escala de sistema solar.
- Tenía entendido que las leyes de la cuántica no se aplicaban a las cosas grandes.
- El fenómeno del desdoblamiento del tiempo nos da como resultado el hombre que vive en el tiempo real y en el cuántico, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo real.
- ¿Nuestro otro yo cuántico crea nuestra realidad?
- Podríamos decir que entre el yo consciente y el yo cuántico se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama hiperincursión y está perfectamente demostrada.
- ¿Estoy desdoblada como la partícula?
- Sí. Y sabemos que, si tenemos dos partículas desdobladas, ambas tienen la misma información al mismo tiempo, porque los intercambios de energía de información utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz. ¿Conoce el principio de los gemelos de Langevin?
- No.
- En los años 20, Paul Langevin demostró que si un gemelo viajaba a la velocidad de la luz, envejecía menos que el que se quedaba quieto. A Langevin no le creyeron. Hubo que esperar 50 años: en 1970, gracias a los relojes atómicos, se comprobó esa ley.
- Entonces, en ese tiempo imperceptible pasó mucho tiempo.
- Exacto: si puedo viajar a velocidades prodigiosas, un microsegundo se convierte en un día entero. Cuando regreso, no sé si me he ido, puesto que he estado ausente un microsegundo.
- Estupenda propiedad, ¿pero quién es el que viaja?, ¿yo?
- Existe otra propiedad conocida en física: la dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias.
- ¿Y cómo asimilamos esa información?
- En el sueño paradoxal, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que hace que al día siguiente su memoria esté transformada.
- Vaya.
- El intercambio se realiza a través del agua del cuerpo. Ese intercambio de información permanente es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición.
- ¿Fabricamos potenciales por medio de nuestro pensamiento?
- Así es. Si por ejemplo pienso en una catástrofe, ese potencial ya se inscribe en el futuro y puede sufrirla usted u otro. De manera que la conclusión es: "No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti". No es una ley moral ni filosófica, es una ley física.
- Es difícil controlar el pensamiento.
- De día, mucho; pero justo antes de quedarnos dormidos tenemos un minuto, y basta con que durante ese minuto controlemos: esa es la manera de conectar con esa parte energética, llamémosla el doble, para pedirle que solucione los problemas.
- ¿Es como una oración?
- No: es una relación, y hay que dejar totalmente las riendas al otro; las noches están para eso. La noche no sólo permite borrar potenciales no deseados, sino que también nos guía los pensamientos del día siguiente.
- Asombroso.

La teoría del desdoblamiento del tiempo permitió explicar la llegada de planetoides cerca de Plutón, pero Garnier va mucho más allá y nos cuenta que esa ley es aplicable a nuestra vida: "Tenemos un cuerpo muy bien hecho que nos permite proyectarnos en el porvenir: ir a ver el futuro, arreglarlo y volver para vivirlo. Y es durante la noche cuando tenemos la capacidad de arreglar ese futuro que hemos construido durante el día. Podemos ver los peligros antes de vivirlos por medio de la intuición, y borrarlos".

Algunas claves para comprender y aplicar la Teoría del Desdoblamiento
- Todos tenemos un doble.
- Nuestro doble no es el cuerpo astral o etérico. Es verdaderamente nuestro “yo”,   en otra dimensión.
- Todo ocurre en el eterno ahora.
- La información con nuestro doble se intercambia mediante aperturas entre los distintos tiempos. Estas “aperturas temporales” imperceptibles, son aceleradores del transcurso del tiempo que nos arrastran hacia otros espacios a velocidad prodigiosa.
- Nuestro “doble” es verdaderamente otro “yo”. El cuerpo visible explora el espacio en nuestro tiempo. El otro, generalmente imperceptible, viaja en los diferentes tiempos de nuestro desdoblamiento.
- De manera esquemática podemos decir que un cuerpo energético informa a nuestro cuerpo físico. Toda partícula emite y recibe ondas. Todo organismo recibe informaciones para vivir y sobrevivir.
- El presente actualiza futuros potenciales creados por el pasado. Un cambio de pensamiento de un segundo crea numerosos potenciales de equilibrio en un tiempo acelerado, cuya síntesis instantánea en nuestro tiempo, conllevaría una puesta en forma o recuperación rápida de apariencia milagrosa.
- Nuestro “doble” experimenta muy rápidamente nuestro futuro y, por aperturas
imperceptibles entre los dos tiempos, intercambios permanentes de informaciones nos llevan por el buen camino.
- Es recuperando el principio vital de intercambio de informaciones con nuestro “doble” durante nuestros sueños, que podremos por fin conocer el objetivo de nuestra vida y encontrar el equilibrio capaz de reconducirnos a él.
- Nuestro doble está a nuestro servicio, esperando contactar con nosotros para transmitirnos los mejores instintos de supervivencia, ya que él viaja al futuro y nos transmite la información.
- Tenemos varias potencialidades en nuestro futuro. Se trata de escoger la mejor para beneficio nuestro y de nuestro planeta, aprendiendo a recibir las informaciones de nuestro “doble” y no empezar a poner en duda su existencia.
- No hay necesidad de recordar los sueños. Basta con prepararnos a “bien soñar” por la noche para vivir bien durante el día, modificando nuestros pensamientos (siempre en positivo).
- Momentos antes de dormirnos podemos ponernos en contacto con nuestro “doble”, exponerle nuestros problemas y pedirle que busque la mejor solución posible (de entre los posibles futuros). ¿Recuerdan la frase "lo consultaré con la almohada"?
- Tener total confianza en que tu “doble”, te lo va a resolver de la mejor manera posible (ya que tu doble eres tú en otra dimensión). Tener la “certeza” de que ya te lo resuelve. Tener una actitud de total despreocupación y confianza. No pensar en hacer a los demás lo que no quieras que los demás piensen en hacerte a tí. Estar muy atentos a las señales que nos da la vida. Saber escuchar los “avisos”.
- Estas informaciones provenientes de las “aperturas temporales” imperceptibles nos permiten mejorar nuestro presente. Son siempre tan rápidas que nos llegan bajo la forma de intuiciones, sugerencias y premoniciones.
- El control de las aperturas temporales cambia nuestras noches y también nuestra vida. Además es un medio muy eficaz para ya no estar angustiados o deprimidos frente a una situación delicada, a condición de saber cómo y por qué proceder. En efecto, el saber que el día siguiente será mejor nos alegra el corazón, el estrés desaparece y con él las enfermedades. El dirigir nuestra vida es nuestra responsabilidad.
- Es preciso ser dos para intercambiar información: uno de ellos viaja entre su presente y su futuro. El otro entre ese futuro (que es su presente) y el futuro de ese futuro (que es su propio futuro). Así pues, las tres realidades presentes -del pasado, del presente y del futuro son accesibles al mismo tiempo por intercambios de información en las aperturas temporales.
- Nuestro doble es un explorador o mensajero. Está ahí para asegurarnos el mejor presente a cada instante. Está listo para darnos todas las informaciones necesarias en cuanto se lo pidamos. Puesto que “él” es “yo”, está siempre dispuesto a crearnos el mejor porvenir.
- Cuando estamos seguros de recibir ayuda en todo momento y en todo lugar, esta confianza se vuelve un automatismo saludable.
- Nuestro doble tiene la capacidad de explorar lentamente nuestro futuro, en un tiempo tan rápido que no nos damos cuenta de ello. En nuestro tiempo recibimos sus consejos en forma de sugerencias inmediatas, que crean nuestra intuición.
- El hecho de estar desdoblados sin tener tiempo de darnos cuenta, nos da la sensación de saberlo todo intuitivamente, sin tener que pensar en nada.
- Nuestro cuerpo es un receptáculo de informaciones necesarias que nuestro “doble” llena en cuanto puede. Todas nuestras células obedecen a la voluntad de este otro yo, que espera nuestro consentimiento para venir a visitarnos.
- Su benevolencia es incuestionable porque “él” es “tú”, y siempre lo será puesto que te asegura la vida después de la muerte, en otro tiempo, pero como es imperceptible lo hemos olvidado. Es buscando y reencontrando el contacto con nuestro “doble” que podremos equilibrarnos y entender el objetivo de nuestra vida terrestre.
- ¿Cómo proyectamos nuestro futuro? La anticipación es un principio vital. Es con nuestros pensamientos que proyectamos nuestro futuro. Si vamos por la calle y alguien nos da un empujón y pensamos ¡lo mataría!, este pensamiento ya está abriendo un futuro potencial asesino para nosotros en nuestras aperturas temporales. Esto lo podemos modificar con un sencillo intercambio de información: con un pensamiento contrario y tranquilizador. Así reina la paz en el futuro. La ley de los tiempos es sencilla: “Si nadie en la Tierra pensara en matar, no existiría ningún futuro potencial asesino y la actualización de un asesinato sería imposible”. Todo depende, pues, de nuestro modo de vida y de nuestros pensamientos que crean el conjunto de nuestras posibilidades de futuro y eso durante los aproximadamente veinticinco mil años de nuestro desdoblamiento actual. Nuestro doble puede modificar los futuros que nosotros hemos creado, siempre a petición nuestra. Cuando le damos las gracias, él entiende que va por buen camino y no duda en seguir adelante con lo que ha empezado, en función de las informaciones que recibe de su pasado.
- Restablecer un cuerpo enfermo o acallar una mente angustiada viene a ser cambiar el futuro y consecuentemente cambiar el mundo. El quejarse o lamentarse crea inmediatamente en el futuro algo del que poder quejarse o lamentarse.
- El intercambio de informaciones con un doble no es mágico ni peligroso. Lo peligroso es ignorar la forma de controlar las informaciones que nos llegan a cada instante y de vivir según nuestra conciencia, sin saber quién la llena de pensamientos subliminales sin interés alguno.
- La única dificultad proviene de la forma de pensar, pues no estamos acostumbrados a colocar el futuro antes que el presente. Esta nueva noción del tiempo va a conmocionar el fundamento mismo de todos nuestros pensamientos.
- Dejando nuestro sueño en manos de nuestro doble, es como encontramos o recobramos un equilibrio corporal y, sobre todo, y a su vez, planetario.
Aquél que se mantiene en contacto con su doble, no teme al futuro, cosecha sólo
informaciones capaces de crear y de recibir las mejores posibilidades futuras individuales. Equilibrándose de esta manera, equilibrará al planeta cuyo futuro potencial colectivo mejorará poco a poco. Sólo nuestro doble es capaz de volvernos a dar las ideas que eran las nuestras cuando nacimos.
- Es importante ser conscientes de nuestro último pensamiento antes de quedarnos
dormidos, pues es el que nos dirige al tiempo ralentizado de nuestro doble.
Es el agua de nuestro cuerpo la que almacena y restituye las informaciones. El enfocarnos demasiado en nuestros problemas atrae las energías futuras responsables de nuestras dificultades. Si intentamos encontrar nuestras soluciones de esa manera, atraeremos futuros que pueden no ser los más adecuados. Sin embargo, si pedimos a nuestro doble que resuelva nuestros problemas y clasifique las soluciones, lo atraeremos hacia nosotros y nuestros sueños serán benéficos siempre que aceptemos su solución, con una confianza absoluta, con gratitud y en la certeza de que es el mejor futuro posible.
La mejor manera de quedarnos dormidos es pedir a nuestro doble que nos envíe el mejor futuro que hemos podido crear. "Que se haga tu voluntad". El dejar nuestro lugar de director de orquesta a nuestro doble nos adormece más rápidamente que nuestros deseos o proyectos. Simplificándolo en una sola palabra, sería "encomendarnos".
- Nuestra encarnación en la tierra tiene como objetivo permitir a nuestro “doble” arreglar los futuros que hemos perturbado. Le servimos de trampolín hacia el futuro que deberíamos construir según sus consejos. De esta manera el Apocalipsis volvería a encontrar su sentido etimológico de descubrimiento maravilloso de lo escondido. El planeta sólo actualizaría futuros beneficiosos para todos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Pitagoras II

Síntesis de los ANTECEDENTES DE LA DISCIPLINA MORFOLÓGICA

La decena se representaba como número triangular que, a primera vista, aparece formado por los cuatro primeros números enteros. 1+2+3+4=10. Ésta era la divina “tetrakys”




"La tradición más antigua atribuye a Pitágoras el descubrimiento de los principales intervalos musicales y de las relaciones matemáticas que regulan la armonía en la
música. Pitágoras habría podido llegar a este descubrimiento fundamental a través del estudio de las cuerdas sonoras. Para sus experimentos habría inventado un instrumento musical con una sola cuerda, llamado Canon, cuyo puente móvil permitía variar a voluntad la longitud de la cuerda.

Resulta evidente que si se imprime a la cuerda un movimiento vibratorio con una fuerza constante, el sonido resultante depende de la longitud de la cuerda. Pero entre todas las posibles longitudes, existen algunas que producen sonidos que presentan relaciones especiales y fijas.

Así, dos cuerdas cuyas longitudes son en relación 1:2 (un medio), es decir que una es la mitad de la otra, dan el mismo sonido –la misma nota, diríamos nosotros– en los dos tonos de grave y agudo. Existe entonces un intervalo definido y fijo en cuyos extremos aparecen dos aspectos opuestos –grave y agudo– del mismo sonido. Este intervalo –la octava– se expresa a través de una relación matemática precisa entre las longitudes de las cuerdas. Existen dos sonidos, dados por cuerdas que se encuentran en la relación de longitud 3:2 (tres medios) y 4:3 (cuatro tercios), que poseen características especiales: son tonos intermedios entre grave y agudo, en los que estos dos caracteres opuestos se concilian y armonizan.

Para Pitágoras es posible construir la música en base a estos tres intervalos, llamados armónicos o concordantes. Toda la otra infinidad de sonidos que no obedecen a estas reglas matemáticas precisas, representan, combinándose, un fondo caótico e inarticulado de ruido. Es el número el que introduce armonía y belleza en el mundo de los sonidos. El instrumento musical pitagórico, la lira de siete cuerdas o heptacordo, estaba formado por cuatro cuerdas llamadas fijas que daban los intervalos concordantes de octava, cuarta y quinta y de otras tres cuerdas, llamadas móviles, que se ajustaban en base al tipo de escala requerido.

Pitágoras fue entonces el primero que construyó una teoría de la armonía musical basada en la matemática. Pero fue aún más lejos y llegó a sostener que el número es el principio constitutivo de todo el universo. Recordemos que en la época de Pitágoras, la especulación de los filósofos Presocráticos se centraba sobre el problema de cuál era el principio constitutivo de todas las cosas (arqué). A este problema fundamental se ligaban el de la relación entre el ser y el devenir, y el de la relación entre el Uno y lo múltiple. Para Pitágoras este principio es el número: todo es número.

Aristóteles dice : “Los pitagóricos sostienen que las cosas existentes son números, no números que existen separados de ellas, sino que las cosas están verdaderamente compuestas por números. Ellos sostienen que los elementos de los números son los elementos de todo lo que existe y que todo el universo es una armonía y un número.” Además: “Ellos de hecho construyen todo el universo a partir de los números, pero no de los números abstractos, porque suponen que las unidades poseen extensión.” (Metafísica)

Aquí es necesario aclarar que en primer lugar, para los pitagóricos, los números eran números enteros, concebidos como conjuntos de unidades. En segundo lugar, la matemática pitagórica era una aritmo-geometría, es decir que los números tenían al mismo tiempo un significado aritmético y geométrico. Eran representados por un conjunto de puntos y es así que se hablaba de números cuadrados, triangulares, etc. El número resultaba ser un “conjunto de unidades con una posición” que delimitaba un campo. Cuatro puntos un cuadrado, tres puntos un triángulo, etc.

Los pitagóricos, además, relacionaban los elementos de la geometría con números específicos: así, el número uno se asimilaba al punto, el dos a la línea, el tres a la superficie, el cuatro al volumen. Esto porque dos puntos comportan la idea de línea, tres puntos no alineados la idea de superficie (triángulo), etc. Está claro que desde este punto de vista, la forma espacial podía reducirse a figura geométrica y ésta, a su vez, podía expresarse en términos matemáticos. Mas esto era válido no sólo para la forma visible, para el límite espacial de un objeto, sino también para su estructura interna. Asi expuesto por Pitagoras; “Existen cinco figuras sólidas llamadas los sólidos geométricos; la tierra está hecha por el cubo, el fuego por la pirámide, el aire por el octaedro, el agua por el icosaedro y por el dodecaedro está hecha la esfera del todo."

En síntesis, la visión morfológica que tenían los pitagóricos sobre las cosas, debía ser en cierto modo similar a aquella propuesta por las modernas teorías de las estructuras químicas y de cristalografía. En éstas, las propiedades químicas y físicas de una sustancia se pueden reconducir al ordenamiento espacial de los átomos que siguen siempre estructuras geométricas precisas. Es sabido que en la teoría cristalográfica todos los sólidos cristalinos se organizan en siete sistemas geométricos, determinados por la disposición en el espacio de los átomos, asimilados a puntos.

Pero si todo el universo es número-forma, las leyes del número y su génesis pueden explicar las leyes y la génesis del universo. Todos los números se dividen en dos clases opuestas: pares e impares. Pero esta división en opuestos se encuentra en todo. Así tenemos unidad y pluralidad, derecha e izquierda, macho y hembra, quietud y movimiento, recta y curva, luz y oscuridad, bien y mal, cuadrado y rectángulo dice Aristóteles en su Metafísica.

Desde el punto de vista geométrico, el 'apeiron' es el espacio indeterminado en el cual resaltan las formas; desde el punto de vista aritmético es el continuo indefinido desde donde emergen como islas los números racionales; desde el punto de vista musical es el intervalo del cual surgen los sonidos de la octava. No puede existir una figura geométrica sin un espacio en torno a ella, ni pueden existir unidades numéricas finitas sin algo que las separe, ni notas musicales sin un intervalo que las aísle y defina.

Entonces, como ha sido justamente notado, la de los pitagóricos es una física de lo discontinuo, porque todo aquello que es definido y mensurable emerge a saltos desde un fondo de indefinición y no-mensurabilidad. Pero sin este fondo, la existencia de cualquier fenómeno limitado es inconcebible.

Sin embargo, no parece que para los pitagóricos el apeiron fuese simplemente no-ser. Éste posee existencia, substancia, tal como el universo limitado. El universo limitado surge con la introducción del primer germen de orden (el primer Uno, el
punto) en lo ilimitado (Aristóteles, Metafísica) y se desarrolla a través de un proceso de continua interacción entre los dos principios. No obstante todo esto, las doctrinas de los pitagóricos no son dualísticas. Limitado e ilimitado son solamente dos aspectos de la unidad que los trasciende y sintetiza. Lo mismo vale para el número uno con respecto al par y al impar.

Al contrario que para nosotros, el número uno es par e impar, es decir, participa de ambas características y de él se generan las dos clases de números. Con esto llegamos al concepto central del Pitagorismo, el de Unidad. Para Pitágoras la Unidad es el más alto valor que aparece más allá de la oposición entre limitado e ilimitado. El antagonismo entre estos dos elementos se supera cuando ambos entran en armonía.

La armonía, otro concepto clave del Pitagorismo, es la expresión, la manifestación de la Unidad; se la define efectivamente como “unidad de lo múltiple y concordancia de lo discordante” En la armonía, los opuestos se mantienen unidos por un vínculo de “amistad” y no de antagonismo y su diversidad constituye la multiforme belleza del mundo. El principio de armonía en la morfología pitagórica era simbolizado por el número diez, suma de los cuatro primeros números enteros a través de los cuales, como hemos visto, era posible expresar las relaciones entre los intervalos armónicos.

La decena se representaba como número triangular que, a primera vista, aparece formado por los cuatro primeros números enteros.

Ésta era la divina “tetrakys” sobre la cual los pitagóricos solían pronunciar los juramentos más solemnes. La opinión del autor (Salvatore Puledda) es que ésta corresponde al  eneagrama armónico expresado en forma triangular.

Pero sobre la tierra, unidad y armonía son el fin y no el principio, todo tiende hacia ellas pero el trabajo de unificación y de armonización aún no ha sido terminado. Es tarea del pitagórico contribuir a tal trabajo creando armonía en sí mismo y en torno a sí, tomando al cosmos como modelo. Éste es ya una estructura ordenada según número y armonía.

Interrogado sobre el fin para el cual el hombre fue creado, Pitágoras respondió: “Para observar el cielo” (Aristóteles, Protréctico). Siguiendo este precepto, los pitagóricos se dedicaron con gran empeño al estudio de la astronomía y desarrollaron una compleja cosmología, cuyo aspecto más extraordinario reside en el hecho de que desplaza a la tierra del centro del universo y la transforma en un planeta que gira alrededor del centro (Aristóteles, De caelo).

Esta idea no tiene precedentes conocidos y representa un increíble salto en la imaginación científica. Pero para los pitagóricos el centro del sistema no es el sol: es un “fuego” central no visible desde el lado de la tierra en que vivimos. El sol, la luna y los otros planetas conocidos, junto a una contratierra, no visible por la misma razón, completan el sistema según el sagrado número diez. Pero el fuego central desde el cual el sol obtiene su luz reflejándola como un espejo, es considerado por los pitagóricos un principio espiritual además de físico.

Los cuerpos celestes se mueven según leyes precisas y las distancias recíprocas se expresan por medio de relaciones numéricas análogas a las que regulan los sonidos armónicos. La descripción de la estructura del cosmos se encuentra en el Timeo de Platón, que es un desarrollo de temas pitagóricos. El diálogo toma el nombre del pitagórico Timeo de Locri. El cosmos es como una lira de siete cuerdas: en su movimiento ordenado, cada uno de los cuerpos celestes emite una nota de la octava, creando así una música de indescriptible belleza –la armonía de las esferas– que sólo el iniciado puede oír y a la cual intenta acercarse la música humana.

La teoría de la armonía de las esferas es atribuida a Pitágoras por Aristóteles (Metafísica). La descripción de cómo el movimiento de los cuerpos celestes genera esta música primordial se encuentra en Platón, La República (El mito de Er). La teoría de la armonía de las esferas probablemente es de origen babilónico.

Pero el cosmos no es simple materia ordenada, imagen ésta que aun un moderno físico aceptaría, sino que es un ser vivo, un animal divino, porque divino es el principio de la armonía sobre el cual ha sido construido. Como todo ser vivo, el cosmos respira: respira la sustancia del apeiron que es su nutrimento. De su alma –el alma del mundo– participan las infinitas vidas individuales, partes de un único organismo. Y es por esto que todos los seres vivientes deben ser considerados parientes entre sí.

En síntesis, la disciplina morfológica de la cual hemos dado esta rápida e incompleta descripción, era utilizada por los pitagóricos como medio de purificación y elevación del alma. Las almas individuales, de hecho, aunque inmortales y de naturaleza divina, en el estado encarnado poseen aspectos no ordenados y antagónicos, vibran con notas discordantes, están afectadas por formas de desorden e irracionalidad. Es esta falta de unidad lo que las mantiene ligadas al ciclo inexorable del nacimiento y la muerte.

A través de la filosofía, las almas prisioneras del cuerpo e inmémores de su naturaleza inmortal, entran en resonancia con el divino principio del orden y la armonía, y se liberan de su tumba en el mundo del transcurrir. Pero su peregrinación de cuerpo en cuerpo, de tiempo en tiempo, no es vano porque según los pitagóricos es de esta manera que el principio del desorden y del caos se reconduce hacia la armonía. La encarnación del alma y su ciclo terrestre tienen como finalidad la espiritualización del mundo."

Todo el texto está resumido de Los Presocraticos, una investigación de Mariana U. en 2007, integrante del Nuevo Humanismo, realizada en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas, Mendoza, Argentina. Esta investigación se centra en el estudio de los principales rasgos de los filósofos presocráticos, que aparecen entre los siglos VII y V siglo antes de nuestra era, relacionados con los orígenes del pensamiento occidental. 
 

sábado, 21 de mayo de 2011

Pitagoras


Síntesis de los ANTECEDENTES DE LA DISCIPLINA MORFOLÓGICA

En el Pitagorismo hay una fuerte influencia del Orfismo, de modo tal que se presentan tantos puntos en común, que resultan de difícil distinción y su influencia recíproca es innegable.

Orfeo Era el más grande de los poetas de Tracia en el siglo VI,a.C. Se dice que inspirado por las Musas, habría inventado la lira y enseñado a los hombres la música y la escritura. Vivió una generación antes de Homero y participó en la mítica expedición de los Argonautas en busca del Vellocino de Oro, relatada en la Iliada y la Odisea.

Habría introducido en Grecia las “orgías”, es decir, los ritos de Dionisio, En el mito de Dionisio la raza humana ha nacido de las cenizas de los Titanes. A causa de este origen posee un aspecto malvado y cruel; pero  también una chispa divina. El ser humano es animal y dios. El objetivo de la vida órfica es la purificación del animal humano y la liberación de su parte divina.

Esos dos aspectos están representados por Apolo, que es el dios de la sabiduría calma y ordenada, del arte como proporción y armonía. Su atributo es la lira que crea una música persuasiva, apaciguadora, en contraposición a la flauta de Dionisio que induce al frenesí, a la agitación del alma, a la 'manía'. Pero la oposición entre las dos figuras divinas es sólo aparente: uno de los misterios sagrados era precisamente el reconocimiento de su unidad. En síntesis, Orfeo ha enseñado a través de los misterios de Dionisio que no es posible conocer la vida si no se ha experimentado la muerte.

Otro punto fundamental en la especulación religiosa órfica es el destino del alma humana. Aquí nos encontramos en lo opuesto a la visión griega tradicional. Para los héroes homéricos la verdadera vida es la vida del cuerpo. Los órficos revierten completamente esta visión: el alma es la parte divina del ser humano, es parte de Dionisio, y se encuentra prisionera en el cuerpo como en una tumba.

El alma para los órficos no es el intelecto o el razonamiento discursivo, que también diferencian al ser humano del animal. Las funciones racionales y sensitivas son para los órficos parte del cuerpo y mueren con él. En cambio el alma es un ser divino que es atraído por el cuerpo y le da vida.

Sin el alma el cuerpo no puede vivir, pero la entrada en el cuerpo es para el alma una especie de muerte de la cual se libera con la muerte física. Con la muerte del cuerpo el alma va bajo tierra, al Hades, donde se presenta a un juicio. La idea de una justicia equitativa en el otro mundo ha sido desarrollada en Occidente por los órficos. Castigos terribles esperan al pecador, mientras el justo vivirá en comunión con los dioses subterráneos, participando en el “banquete de los puros”.

Pero al final el abismo restituye las almas a la luz: ni las penas ni los goces son eternos. Y las almas vuelven a la tierra a reencarnarse. El cuerpo será elegido en base a las acciones cumplidas en la vida precedente. El alma que se reencarna olvida su pasado. Es por esto que en el Orfismo se le da una gran importancia a la memoria, Mnemosyne. Lo mismo vale para el alma que ha abandonado el cuerpo: el viaje al Hades, debe ser recordado, guiado, dirigido.

Los órficos desarrollaron una literatura funeraria análoga a la egipcia en la cual el alma del difunto recibe indicaciones sobre el recorrido que debe seguir y las dificultades que encontrará.

Las teorías órfico-pitagóricas sobre el destino del alma, las prácticas ascéticas y purificadoras, la abstención de comer carne y de los sacrificios sangrientos, encuentran un paralelo sorprendente con aquellas de los movimientos hindúes: el movimiento de los Upanishad, el Jainismo y el Budismo que sucedían simultáneamente en Oriente.

El impulso subyacente al Pitagorismo fue de orden espiritual y místico. Pitágoras es el arquetipo del filósofo considerado como sabio, que enseña a los hombres el significado de la vida y de la muerte.

Los relatos nos dicen que desde muy joven inició un largo período de viajes que lo llevaron en primer lugar a Egipto, donde habría entrado en contacto con la clase sacerdotal, para trasladarse después a Babilonia. Fue discípulo de Zarathustra y de los Magos, de los cuales habría tomado los fundamentos de su doctrina. No es improbable que Pitágoras haya hecho varios viajes al Oriente y entrado en contacto con las tradiciones religiosas orientales.

Pitágoras emigró a Italia meridional alrededor del año 530 a.C. para evitar la sumisión a la tiranía. "Aristoxeno dice que Pitágoras, a la edad de 40 años, al ver que la tiranía de Polícrates era demasiado presionante como para que un hombre libre pudiera resistir un sometimiento y despotismo semejante, emigró, por esta razón, a Italia.” En Crotona desarrolló, durante la mayor parte de su vida, una intensa actividad como reformador social y religioso y fundó su famosa Escuela.

Con su autoridad, hizo que el pueblo, que había caído en una vida de lujuria, retornara a la simplicidad, Pitágoras  alababa diariamente la virtud y relataba las depravaciones y el destino de las ciudades arruinadas por esta peste. Provocó en la multitud un entusiasmo tal por la simplicidad de vida, enseñando a las mujeres separadamente de sus maridos y a los hijos sin la presencia de su padres.

Aunque las fuentes antiguas magnifiquen la capacidad oratoria de Pitágoras, es más probable que la influencia de su enseñanza haya sido gradual. Pero sobre esta influencia no hay dudas.

La presencia de Pitágoras en Crotona, el desarrollo de la Escuela y de las asociaciones políticas pitagóricas (las eterias, es decir, los clubes), coinciden con la expansión política y económica de la ciudad que nos es revelada por la arqueología. La vida intelectual se había trasladado ya a las florecientes colonias de Magna Grecia y de Sicilia. A fines del siglo VI a.C., alrededor de 20 años después de la llegada del maestro, los cargos políticos más importantes en Crotona y en las ciudades cercanas estaban ocupados por miembros de los Clubes pitagóricos.

El siglo VI a.C., se caracterizó, en muchas ciudades-estado griegas por la lucha entre el partido oligárquico, sostenido por la aristocracia terrateniente y el partido democrático o popular que ambicionaba una redistribución de la riqueza y de los cargos públicos. La lucha sin cuartel entre estos dos partidos llevó, en algunos casos, a la formación de tiranías, es decir gobiernos personales de hombres fuertes y sin escrúpulos, y en otros a la formación de gobiernos democráticos.

Si bien el gobierno de los pitagóricos en la Magna Grecia nos ha sido descrito como “aristocrático”, es más coherente pensar, teniendo en cuenta otros aspectos de su doctrina, que el ideal político de los pitagóricos haya sido el de una República de Filósofos, es decir, sabios y especialistas en el comportamiento humano. Y es con este sentido que la tradición nos presenta el ideal aristocrático de los pitagóricos: se trataría de un gobierno de los “mejores”, según la etimología de la palabra “aristocrático” y no de una oligarquía por nacimiento o por rédito. El ideal político de los pitagóricos debía ser muy cercano al de Platón, que alrededor de un siglo después haría lo posible por crear la República de los Filósofos en la Magna Grecia, apoyándose en algunos miembros de la Escuela Pitagórica como Arquita de Taranto.

La Escuela pitagórica alcanzó su máximo esplendor entre los años 500 y 450 a.C. en la Magna Grecia y continuó su existencia durante otro siglo bajo forma de comunidades repartidas por todo el mundo griego. Finalmente, como entidad organizada, desapareció hacia el año 300 a.C. El neo-pitagorismo pasó de Alejandría a Roma donde ejerció una profunda influencia sobre todo en las clases cultas y representó el último baluarte de la cultura griega contra el Cristianismo.

Vemos entonces que el Pitagorismo es principalmente una doctrina del alma y de su destino; tal doctrina, que se desarrolla en torno a la reencarnación y a la metempsicosis, no es distinguible de la de los Órficos. Por lo tanto, en el eje de la especulación de Pitágoras encontramos un interés religioso: la purificación y la liberación del alma inmortal del ciclo inexorable del nacimiento y de la muerte. Sólo que para Pitágoras, tal purificación y liberación se pueden alcanzar no solamente a través de los ritos mistéricos transmitidos bajo el nombre de Orfeo, sino también a
través de la 'filosofía'. Con este término, del cual se dice que Pitágoras ha sido el inventor, debemos entender una disciplina de la Forma que incluye la música, la aritmética, la geometría y la astronomía.

Aquí encontramos el aspecto más original del pensamiento de Pitágoras, aspecto que ha influido, en forma determinante, toda la cultura occidental. Para Pitágoras, la ciencia, la filosofía, la música no eran ciencias independientes con un fin en sí mismas, sino que eran medios para la
purificación y la elevación del alma. Las investigaciones y los descubrimientos que los pitagóricos efectuaron en el campo musical, matemático y astronómico, tenían un objetivo ético-religioso. El estudio del cosmos servía al discípulo para entrar en concordancia con las leyes que lo gobiernan y por lo tanto para adecuar a éstas su propio comportamiento. La música servía además como técnica catártica y médica en cuanto era capaz de inducir en el alma sufriente y dividida un estado de unidad y paz. Esto tenía consecuencias también sobre la salud del cuerpo
porque, según los pitagóricos, la música se fundaba sobre el mismo principio de base –la fusión y la armonía entre los opuestos– sobre el cual estaban construidas el alma invisible y el cuerpo visible del ser humano y del universo.

Lo mismo se puede decir acerca de la actividad política. Ésta no se dirigía a la conquista del poder de decisión o económico, sino a la creación de un estado que, en su organización, reflejase el orden matemático-musical del cosmos, revelado por la doctrina de la Forma.

En síntesis, el Pitagorismo resulta ser un conjunto de doctrinas muy complejo y articulado en donde predomina la instancia religiosa, pero donde también encuentran su lugar los aspectos más diversos de la actividad humana. Estos aspectos no son separados e independientes, sino que reconducen a ciertos principios-base que regulan la vida humana y la del cosmos. A este conjunto de doctrinas le corresponde una serie de reglas de vida y de procedimientos ascéticos y un sistema de instrucción filosófica, teórica y práctica. La vida pitagórica tiene como objetivo el purificar y armonizar el alma humana –tanto individual como social– y asimilarla al principio divino que gobierna el universo.

Bio
Nació en la Isla de Samos, actual Grecia, hacia el año 580 a.C., y murió en Metaponte -actual Italia- hacia el año 500. De su vida se sabe muy poco, incluso algunos dudan de su existencia. De hecho los datos biográficos con que se cuenta son realmente dudosos. Según algunas fuentes su padre, grabador o comerciante de piedras preciosas, disfrutó una vida más o menos tranquila en cuestión económica, por lo que le brindó a su hijo una adecuada instrucción. Así Pitágoras aprendió sobre el cultivo del cuerpo y el espíritu.

Lo que sí es seguro, es que Pitágoras huyó de la tiranía de Polícrates, quien por aquel entonces gobernaba la Isla de Samos. Se asentó en Crotona, ciudad portuaria del golfo de Tarento (baja Italia), donde fundó su asociación filosófica, religiosa y política. Se la conoció como la escuela pitagórica, que sirvió de modelo a otras que surgieron en sus alrededores.

La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus discípulos, ya que no dejó nada escrito, porque consideraba a la palabra escrita algo muerto. La comunidad que éste lideraba se convirtió en una fuerza política que hizo enojar al partido demócrata, lo cual provocó una revuelta que lo obligó a pasar los últimos años de su vida en Metaponte.

El pitagorismo fue, en resumen, un estilo de vida. Se inspiró en un ideal que se basaba en la comunidad de bienes, cuyo principal objetivo era la purificación de sus miembros a través de cultivar el saber, donde la música y las matemáticas eran sumamente importantes. El camino de ese saber era la filosofía, término que, según la tradición, Pitágoras fue el primero en emplear en su sentido literal de "amor a la sabiduría".

También se le atribuye haber transformado las matemáticas en una enseñanza liberal mediante la formulación abstracta de sus resultados. éste es el caso del famoso teorema que lleva su nombre y que establece la relación entre los lados de un triángulo rectángulo. En este tipo de triángulo la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa.

A su vez, en su escuela se realizaron amplias investigaciones matemáticas. En ellas se encuentran sus estudios de los números pares e impares y de los números primos y de los cuadrados, esenciales en la teoría de los números. Desde este punto de vista aritmético, cultivaron el concepto de número, que llegó a ser para ellos el principio de todas las cosas. A través de estos estudios, se estableció una base científica para las matemáticas.

Asimismo, a Pitágoras se lo considera el creador de la geometría y el descubridor de la octava musical. Los pitagóricos dedicaron buena parte de sus reflexiones a la música, y establecieron la relación entre el ritmo musical y el proceso lógico del número y sus combinaciones.

La astronomía de los pitagóricos marcó un importante avance en el pensamiento científico clásico, ya que fueron los primeros en considerar la tierra como un globo que gira junto a otros planetas alrededor de un fuego central. Explicaron el orden armonioso de todas las cosas como cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico.

Todo el texto está resumido de Los Presocraticos, una investigación de Mariana U. en 2007, integrante del Nuevo Humanismo, realizada en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas, Mendoza, Argentina. Esta investigación se centra en el estudio de los principales rasgos de los filósofos presocráticos, que aparecen entre los siglos VII y V siglo antes de nuestra era, relacionados con los orígenes del pensamiento occidental. 

sábado, 5 de febrero de 2011

La virtud del fracaso

Por Kevin Kelly 

Podemos aprender tanto de un experimento que no sale bien como de uno que sí funciona. No debemos evitar equivocarnos; más bien, es una práctica que deberíamos cultivar y fomentar. Es una lección de la ciencia que podría beneficiar no sólo la investigación sino al diseño, a los deportes, la ingeniería, el arte, la vida en general.

Un gran diseñador gráfico genera un montón de ideas sabiendo que la mayoría terminarán siendo desechadas. Lo mismo ocurre con los arquitectos, escultores, microbiólogos. ¿Qué es la ciencia después de todo si no una manera de aprender de aquellas cosas que no funcionan, de nuestros propios errores?

Esta perspectiva sugiere que deberíamos aspirar a triunfar al mismo tiempo que nos preparamos a aprender de una serie de errores.

Pero hoy en día el fracaso no es tan noble. En la actualidad, el error no es considerado ni por asomo como una virtud. Es, en cambio, un signo de debilidad, un estigma que prohíbe segundas oportunidades. A los niños se les enseña que equivocarse conduce a la desgracia, que uno debe hacer todo lo que tiene al alcance para triunfar sin equivocarse.

Asociada a la idea de aceptar el fracaso está la noción de romper cosas complejas para hacerlas mejor. A menudo, la única forma de mejorar un sistema complejo es probarlo hasta sus límites forzándolo a fallar. Por lo general, los ingenieros testean un programa informático haciendo todo lo posible para colgarlo. Los grandes inventores tienen tanto respeto por romper cosas como los científicos tienen paciencia para lidiar con los errores. Ellos lo saben: fracasar es un camino más al éxito.

Kevin Kelly es el cofundador de la revista Wired. Es autor del reciente y magnífico libro What Technology Wants (Lo que la tecnología quiere).

jueves, 6 de enero de 2011

Kundera y el arte de la novela (II)

¿Es posible que estemos presenciado el fin de la novela?

"Los futuristas, los surrealistas, casi todas las vanguardias veían desaparecer la novela en el camino del progreso, en beneficio de un porvenir radicalmente nuevo, en beneficio de un arte que no se asemejaría a nada de lo que ya existía. La novela sería enterrada en nombre de la justicia histórica, al igual que la miseria, las clases dominantes, los viejos modelos de coches y los sombreros de copa."

"Así pues, si Cervantes es el fundador de la Edad Moderna, el fin de su herencia debería significar aigo más que un simple relevo en la historia de las formas literarias; anunciaría el fin de la Edad Moderna.
Ya he visto y vivido la muerte de la novela, su muerte violenta (mediante prohibiciones, la censura, la presión ideológica), en el mundo en que he pasado gran parte de mi vida y al que acostumbramos llamar totalitario. La novela, en tanto que modelo del mundo occidental, fundamentado en la relatividad y ambigüedad de las cosas humanas, es incompatible con el universo totalitario, porque no es solamente política o moral, sino también ontológica. Esto quiere decir: el mundo basado sobre una única Verdad y el mundo ambiguo y relativo de la novela están modelados
con una materia totalmente distinta. La Verdad totalitaria excluye la relatividad, la duda, la interrogación y nunca puede conciliarse con lo que yo llamaría el espíritu de la novela."

"Las miles de novelas publicadas en Rusia no prolongan la conquista del ser. No ponen al descubierto ninguna nueva parcela de la existencia; únicamente confirman lo que ya se ha dicho; más aún: en la confirmación de lo ya dicho (de lo que hay que decir) consisten su razón de ser, su gloria, su utilidad en la sociedad a la que pertenecen. Al no descubrir nada, no participan ya en la sucesión de descubrimientos a los que llamo la historia de la novela; se sitúan fuera de esta historia, o bien: son novelas de después de la historia de la novela."

"Hace aproximadamente medio siglo que la historia de la novela se detuvo en el imperio del comunismo ruso. Es un acontecimiento de enorme importancia, dada la grandeza de la novela rusa de Gogol a Biely. La muerte de la novela no es pues una idea fantasiosa. Ya se ha producido. Y ahora ya sabemos cómo se muere la novela: no desaparece, sale fuera de su historia. Su muerte se produce pues en forma suave, desapercibida, y no escandaliza a nadie."

"Pero ¿no llega la novela al fin de su camino por su propia lógica interna? ¿No ha explotado ya todas sus posibilidades, todos sus conocimientos y todas sus formas? ¿no se parece quizá más al cementerio de las ocasiones perdidas, de las llamadas no escuchadas?

Hay cuatro llamadas a las que soy especialmente sensible."

"La llamada del juego. - Tristam Shandy de Laurence Sterne y Jacques el fatalista de Denis Diderot se me antojan hoy como las dos más importantes obras novelescas del siglo XVIII, dos novelas concebidas como un juego grandioso. Son las dos cimas de la levedad nunca alcanzadas antes ni después. La novela posterior se dejó aprisionar por el imperativo
de la verosimilitud, por el decorado realista, por el rigor de la cronología."

"La llamada del sueño. - Fue Franz Kafka quien despertó repentinamente la imaginación dormida del siglo XIX y quien consiguió lo que postularon los surrealistas después de él sin lograrlo del todo: la fusión del sueño y la realidad. Esta es, de hecho, una antigua ambición estética de la novela, presentida ya por Novalis, pero que exige el arte de una alquimia
que sólo Kafka ha descubierto unos cien años después. Este enorme descubrimiento es menos el término de una evolución que una apertura inesperada que demuestra que la novela es el lugar en el cual la imaginación puede explotar como en un sueño y que la novela puede liberarse del imperativo aparentemente ineluctable de la verosimilitud."

"La llamada del pensamiento. - Musil y Broch dieron entrada en el escenario de la novela a una inteligencia soberana y radiante. No para transformar la novela en filosofía, sino para movilizar sobre la base del relato todos los medios, racionales e irracionales, narrativos y meditativos, que pudieran iluminar el ser del hombre; hacer de la novela la suprema síntesis intelectual."

"La llamada del tiempo. - El período de las paradojas terminales incita al novelista a no limitar la cuestión del tiempo al problema proustiano de la memoria personal, sino a ampliarla al enigma del tiempo colectivo, del tiempo de Europa, la Europa que se gira para mirar el pasado, para hacer su propio balance, para captar su propia historia, al igual que un anciano capta con una sola mirada su vida pasada."

"Pero no quiero profetizar sobre los futuros derroteros de la novela, de los que nada sé; quiero decir únicamente: si la novela debe realmente desaparecer, no es porque esté completamente agotada, sino porque se encuentra en un mundo que ya no es el suyo."

La unificación de la historia del planeta, ese sueño humanista que Dios con maldad ha permitido que se llevara a cabo, va acompañada de un vertiginoso proceso de reducción. Es cierto que las termitas de la reducción carcomen la vida humana desde siempre: incluso el más acendrado amor acaba por reducirse a un esqueleto de recuerdos endebles. Pero el carácter de la sociedad moderna refuerza monstruosamente esta maldición: la vida del hombre se reduce a su función social; la historia de un pueblo, a algunos acontecimientos que, a su vez, se ven reducidos a una interpretación tendenciosa; la vida social se reduce a la lucha política y ésta a la confrontación de dos únicas grandes potencias planetarias. El hombre se encuentra en un auténtico torbellino de la reducción donde el "mundo de la vida" del que hablaba Husserl se oscurece fatalmente y en el cual el ser cae en el olvido. Por tanto, si la razón de ser de la novela es la de mantener el "mundo de la vida" permanentemente iluminado y la de protegernos contra "el olvido del ser", ¿la existencia de la novela no es hoy más necesaria que nunca?

"Lamentablemente las termitas de la reducción no solo reducen el sentido del mundo, sino también el sentido de las obras. La novela (como toda la cultura) se encuentra cada vez más en manos de los medios de comunicación; éstos, en tanto que agentes de la unificación de la historia planetaria, amplían y canalizan el proceso de reducción; distribuyen en el mundo entero las mismas simplificaciones y clichés que
pueden ser aceptados por la mayoría, por todos, por la humanidad entera. Y poco importa que en sus diferentes órganos se manifiesten los diversos intereses políticos. Detrás de esta diferencia reina un espíritu común. Basta con hojear los periódicos políticos norteamericanos o europeos, tanto los de la izquierda como los de la derecha del Time al Spiegel todos tienen la misma visión de la vida; que se refleja en el mismo orden según el cual se compone su sumario, en las mismas secciones, las mismas formas periodísticas, en el mismo vocabulario y el mismo estilo, en los mismos gustos artísticos y en la misma jerarquía de lo que consideran importante y lo que juzgan insignificante. Este espíritu común de los medios de comunicación disimulado tras su diversidad política, es el espíritu de nuestro tiempo. Este espíritu me parece contrario al espíritu de la novela."

"El espíritu de la novela es el espíritu de la complejidad. Cada novela dice al lector: "Las cosas son más complicadas de lo que tú crees". Esa es la verdad eterna de la novela que cada vez se deja oír menos en el barullo de las respuestas simples y rápidas que preceden a la pregunta y la excluyen."

"El espíritu de la novela es el espíritu de la continuidad: cada obra es la respuesta a las obras precedentes, cada obra contiene toda la experiencia anterior de la novela. Pero el espíritu de nuestro tiempo se ha fijado en la actualidad, que es tan expansiva, tan amplia que rechaza el pasado de nuestro horizonte y reduce el tiempo al único segundo presente. Metida en este sistema, la novela ya no es obra (algo destinado a perdurar, a unir el pasado al porvenir), sino un hecho de actualidad como tantos otros, un gesto sin futuro."

"La novela ya no puede vivir en paz con el espíritu de nuestro tiempo: si todavía quiere seguir descubriendo lo que no está descubierto, si aún quiere "progresar" en tanto que novela, no puede hacerlo sino en contra del progreso del mundo."

"La vanguardia ha visto las cosas de otro modo; estaba poseída por la ambición de estar en armonía con el porvenir. Los artistas vanguardistas crearon obras, cierto es, realmente valientes, difíciles, provocadoras, abucheadas, pero las crearon con la certeza de que "el espíritu del tiempo" estaba con ellos y que, mañana, les daría la razón. Antaño, yo también consideré que el porvenir era el único juez competente de nuestras obras y de nuestros actos. Sólo más tarde comprendí que el flirteo con el porvenir es el peor de los conformismos, la cobarde adulación del más fuerte."

"Porque el porvenir es siempre más fuerte que el presente. El es el que, en efecto, nos juzgará. Y por supuesto, sin competencia alguna. Pero, si el porvenir no representa un valor para mí, ¿a quién o a qué me siento ligado?: ¿a Dios? ¿a la patria? ¿al pueblo? ¿al individuo?"

"Mi respuesta es tan ridícula como sincera: no me siento ligado a nada salvo a la desprestigiada herencia de Cervantes."

miércoles, 5 de enero de 2011

Kundera y el arte de la novela (I)

Síntesis de la primera parte

Husserl en 1935 habla sobre la crisis de la humanidad europea, dando a esa palabra la connotación de una identidad espiritual que abarca inclusive las Américas, partiendo desde la antigua Grecia. "La pasión por el conocimiento se adueño del hombre y el mundo presenta un interrogante que debe ser resuelto" dirá como explicación de esa búsqueda.

El identifica la crisis en el comienzo de la Edad Moderna, puntualmente en Galileo y en Descartes, pero también en el hecho de reducir al mundo en un simple objeto de estudio técnico-matemático, dejando de lado el mundo concreto de la vida.

Cuanto mas avanzaba ese conocimiento mas se abrían las
especialidades produciendo lo que Heidegger, discípulo de Husserl, llamaba, con una expresión hermosa y casi mágica, "el olvido del ser".  El hombre es eclipsado al ser "señor de la naturaleza", y como tal se convierte en una simple cosa, su "mundo de la vida"  no tiene ya valor ni interés alguno.

Kundera (K) dice; "los dos grandes filósofos han desvelado la ambigüedad de esta época que es degradación y progreso a la vez y, como todo lo humano, contiene el germen de su fin en su nacimiento. En efecto, para mí el creador de la Edad Moderna no es solamente Descartes, sino también Cervantes."

Ambos fenomenólogos en su evaluación de la Edad Moderna han dejado de lado a Cervantes quien tomo el tema del ser en el descubrimiento del arte europeo de la novela.

"Todos los grandes temas existenciales que Heidegger analiza en Ser y Tiempo, y que a su juicio han sido dejados de lado por toda la filosofía europea anterior, fueron revelados, expuestos, iluminados por cuatro siglos de novela (cuatro siglos de reencarnación europea de la novela). Uno tras otro, la novela ha descubierto por sus propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar "lo que sucede en el interior", al desvelar la vida secreta de los sentimientos; con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert explora la tierra hasta entonces incognita de lo cotidiano; con Tolstoi se acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzable momento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el papel de 105 mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen nuestros pasos."

La novela que no descubre una parte hasta entonces desconocida de la existencia es inmoral. El conocimiento es la única moral de la novela.
Hermann Broch repetía: descubrir lo que sólo una novela puede descubrir es la única razón de ser de una novela.

"Cuando Dios abandonaba lentamente el lugar desde donde había dirigido el universo y su orden de valores, separado el bien del mal y dado un sentido a cada cosa, don Quijote salió de su casa y ya no estuvo en condiciones de reconocer el mundo. Este, en ausencia del Juez supremo, apareció de pronto en una dudosa ambigüedad; la única Verdad divina se descompuso en cientos de verdades relativas que los hombres se repartieron. De este modo nació el mundo de la Edad Moderna y con él la novela, su imagen y modelo."

"Comprender con Descartes el ego pensante como el fundamento de todo, estar de este modo solo frente al universo, es una actitud que Hegel, con razón, consideró heroica."

"Comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad y dejar de lado una única verdad absoluta para presentar un montón de verdades relativas, como única sabiduría de lo incierto, exige una fuerza igualmente notable".

K nos dice que la necesidad humana e innata de juzgar no nos permite encontrar el interrogante que toda novela propone y caemos en la compulsión de fijar una posición moral. Juzgar antes que comprender, es el deseo que funda ideologías y religiones. Lo que hay en el fondo es una incapacidad de soportar la relatividad esencial de las cosas humanas haciendo frente a la ausencia de un Juez Supremo.
Debido a esa incapacidad la sabiduría de la novela (la sabiduría de la incertidumbre) es difícil de aceptar y de comprender.

Don Quijote recorre un mundo ilimitado, desde alli las novelas son de viajes, descubriendo personajes y lugares. Con Diderot el camino no importa y el tiempo tampoco, no hay principio ni fin. Europa no conoce fronteras. Siglo y medio despues el paisaje a desaparecido con un Balzac que muestra las construcciones sociales; la policia, la justicia, el mundo de las finanzas, el ejercito. "Más tarde aún, para Emma Bovary, el horizonte se estrecha hasta tal punto que parece un cerco. Las aventuras se encuentran  en otro lado y la nostalgia es insoportable. Pero el sueño sobre lo infinito del alma pierde su magia en el momento en que la Historia, o lo que ha quedado de ella -fuerza sobrehumana de una sociedad omnipotente- se apodera del hombre. Ya no le promete el bastón de mariscal, apenas le promete un puesto de agrimensor. Lo infinito del alma, si lo tiene, pasó a ser un apéndice casi inútil del hombre."

"El camino de la novela se dibuja como una historia paralela de la Edad Moderna. Si me giro para abarcarlo con la mirada, se me antoja extrañamente corto y cerrado. ¿No es el propio don Quijote quien, después de tres siglos de viaje, vuelve a su aldea transformado en agrimensor? Se había ido, antaño, a elegir sus aventuras, y ahora, en esa aldea bajo el castillo, ya no tiene elección, la aventura le es ordenada: un desdichado contencioso con la administración derivado de un error en su expediente. Después de tres siglos ¿qué ha ocurrido pues con la aventura, ese primer gran tema de la novela? ¿Acaso ha pasado a ser su propia parodia? ¿Qué significa esto? ¿Que el camino de la novela se cierra con una paradoja?"

K plantea una paradoja de la historia al comparar la evolución de la novela como emergente de una Edad Moderna que refuta a una Edad Media con la victoria de la razón. Sin embargo construye esas instituciones con el absurdo del poder y el orden teniendo como rasgo distintivo una agresividad desinteresada, inmotivada; que solo quiere su querer; por lo tanto es absolutamente irracional y ya no tiene un sistema de valores comúnmente admitido que pueda impedírselo.

"Esta paradoja, magistralmente resaltada en Los sonámbulos de Hermann Broch, es una de las que me gustaría llamar terminales. Hay otras. Por ejemplo: la Edad Moderna cultivaba el sueño de una humanidad que, dividida en diversas civilizaciones separadas, encontraría un día la unidad y, con ella, la paz eterna. Hoy, la historia del planeta es, finalmente, un todo indivisible, pero es la guerra, ambulante y perpetua, la que realiza y garantiza esa unidad de la humanidad largo tiempo soñada. La unidad de la humanidad signifìca: nadie puede escapar a ninguna parte."

"En las novelas de Kafka, Hasek, Musil y Broch, el monstruo llega del exterior y se llama Historia; ya no se parece al tren de los aventureros; es impersonal, ingobernable, incalculable, ininteligible -y nadie se le escapa. Es el momento (al terminar la guerra del 14) en que la pléyade de los grandes novelistas centro-europeos vio, tocó, captó las paradojas terminales de la Edad Moderna."

Biografía de Milan Kundera
Nació en Brno, República Checa (entonces Checoslovaquia), el 1 de abril de 1929. Su padre, el musicólogo y pianista Ludvík Kundera (1891-1971), era director de la academia de música.Al término de la Segunda Guerra Mundial, Kundera se afilió al Partido Comunista, del que fue expulsado tras los sucesos de 1948. Tuvo que ganarse la vida con diversas ocupaciones, particularmente como pianista de jazz, instrumento que su padre le había enseñado a tocar a muy temprana edad. Aquel mismo año termina sus estudios secundarios y comienza a estudiar literatura y estética en la Universidad Carolina de Praga, pero después de dos semestres se pasa a la Facultad de Cine de la Academia de Praga, que finaliza en 1952. En 1956 se reintegró en el Partido Comunista del que fue expulsado definitivamente en 1970. Enseñó historia del cine en la Academia de Música y Arte Dramático desde 1959 a 1969, y posteriormente en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga.

Su primera novela, La broma, fue traducida a doce idiomas y obtuvo en 1968 el Premio de la Unión de Escritores Checoslovacos. En 1968, a consecuencia de la invasión soviética a su país, sus obras se prohibieron y quedó desempleado.

En 1975 consiguió emigrar a Francia. Entre ese año y 1980, enseñó literatura comparada en la Universidad de Rennes, y más tarde en la École des Hautes Études de París.

La vida está en otra parte obtiene el Premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia durante el año de su aparición. Su siguiente novela, La despedida, obtuvo el Premio Mondello al mejor libro editado en Italia.

En 1981, el conjunto de la obra de Kundera mereció en Estados Unidos el Commonwealth Award, premio otorgado simultáneamente al conjunto de la obra dramática de Tennessee Williams. Ese año la publicación de El libro de la risa y el olvido le valió la revocación de su ciudadanía checa.

En 1982 recibió el Premio Europa-Literatura. En 1984 publicaría La insoportable levedad del ser, considerada como una de sus obras cumbres. Ya en 1985, sería galardonado con el Premio Jerusalén. Tres años más tarde La insoportable levedad del ser sería llevada al cine por el director Philip Kaufman, obteniendo un aceptable éxito.

A pesar de su militancia comunista en su juventud, Kundera se convirtió, desde el inicio de su actividad literaria, en un crítico mordaz del socialismo. A su vez, su principal obra, La insoportable levedad del ser, se ha convertido en una referencia importante a la hora de intentar comprender la disidencia vivida en Europa del Este durante la Guerra Fría.

En 2006 se publica por primera vez en su país su libro vendemiles, La insoportable levedad del ser, 22 años después de que se editara en París, Francia.

En 2007 recibe el Premio Nacional Checo de Literatura de cuya entrega se ausenta aduciendo problemas de salud.

En el año 2010, es nombrado Duque de Amarcord por el Rey Xavier I (Javier Marías), convirtiéndose así en el primer escritor checo en obtener título nobiliario en el ficticio Reino de Redonda.