martes, 12 de agosto de 2008

El todo y la nada.

La nada era antes que el todo. ÉL la creo.

El todo es ante todo, todo lo imaginado, todo lo mentado, todo lo que hay y lo que todavía no hay.

Es autosuficiente pero maleable, eterno y finito, condicional y condicionante.

Nos penetra y nos expresa, siendo a la vez íntimo y plural.

Está en las letras y en la música, en el color y en el aroma, en la luz y en la sombra.

Sólo la nada existe sin él, pero ella necesita del todo.

Su nivel es el de un virus en la superficie de un sol ampliado cien mil veces.

Infinitamente más reducido que un quark. Sólo es una cuerda de energía.

Que resuena su armonía en la esencia del todo y en ese acto crea la realidad.

Siendo anterior, construye el pensar y el sentir. También el agua y el fuego.

Es matemáticamente multidimensional y por lo tanto evoluciona hacia la perfección.

Sólo la mente puede verlo y sentirlo, encontrando así su destino.

Inspirado en una explicación televisiva de la Teoría de las Cuerdas o Teoría del Todo, que une la física cuántica con la teoría de la relatividad, explicando así la unión de las 4 fuerzas fundamentales del universo.

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